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Akelarre

Esta planta oleaginosa ya se cultivaba en la antigüedad en Mesopotamia, India, Egipto, China y Grecia, y sus semillas eran muy apreciadas como condimento y alimento exquisito y energético. En la tumba de Ramsés III (siglo XIII a.C.) puede verse en un frasco como los egipcios ya añadían sésamo a la masa del pan. Actualmente sigue siendo de uso popular en países orientales y americanos, donde incluso se prepara con él una bebida similar a la horchata, que toman las mujeres para favorecer la secreción láctea cuando amamantan.

Hábitat: ampliamente cultivado en los países de Oriente Medio y en la India, de donde es originario. Actualmente, su cultivo se ha extendido a otras regiones tropicales y subtropicales de América, África y países mediterráneos.

Descripción: planta herbácea de la familia de las Pedaliáceas, que alcanza hasta 1,5 metros de altura. Sus flores son de color blanco, rosa o púrpura. Sus frutos son unas cápsulas algodonosas que contienen varias semillas aplanadas de 2 a 5 mm de longitud, que normalmente son marrones; aunque las hay también de color blanco, rojo y negro, según las variedades.
    
Partes utilizadas: las semillas.

Propiedades e indicaciones: las semillas de sésamo contienen una amplia variedad de principios nutritivos de alto valor biológico:

      Lípidos o grasas (52%), prácticamente todas ellos constituidos por ácidos grasos insaturados, lo cual les confiere una gran eficacia en la reducción del nivel de colesterol en sangre. Entre las grasas del sésamo se encuentra la lecitina, que es un fosfolípido (grasa fosforada) que desempeña una importante función en nuestro organismo. Es componente esencial del tejido nervioso, y también se encuentra en la sangre, el semen y en la bilis; e interviene en la función de las glándulas sexuales. La lecitina es un poderoso emulsionante, que facilita la disolución de las grasas en medio acuoso. Una de sus funciones en la sangre, consiste en mantener disueltos los lípidos en general, y especialmente el colesterol, evitando así su depósito en las paredes arteriales (arteriosclerosis). El sésamo es, junto a la soja, el vegetal más rico en lecitina.
    
      Proteínas (20%) de alto valor biológico, formadas por 15 aminoácidos distintos con una elevada proporción de metionina (aminoácido esencial).
    
      Vitaminas, especialmente la E (tocoferol), la B1 o tiamina (0,1 mg por 100 g), y la B2 o riboflavina (0,24 mg por 100 g).
    
      Minerales y oligoelementos diversos, especialmente calcio, fósforo, hierro y magnesio, cobre y cromo.
    
      Mucílagos a los que debe su acción laxante suave.

A la vista de la composición de esta pequeña semilla, no extraña que en los países orientales se la considere como restaurador de la vitalidad y de la capacidad sexual. Entre sus muchas aplicaciones, señalamos las siguientes:


      Problemas nerviosos: agotamiento nervioso o mental; estrés; pérdida de memoria; melancolía; depresión nerviosa; irritabilidad o desequilibrio nervioso; insomnio. Es un excelente complemento nutritivo para quienes están sometidos a gran actividad mental o intelectual, y desean mantener un buen rendimiento.
    
      Sobrecarga física: entrenamiento deportivo, embarazo, lactancia, convalecencia después de intervenciones quirúrgicas o de enfermedades.
    
      Falta de rendimiento o de capacidad sexual, tanto en el hombre como en la mujer.
    
      Disminución del colesterol en sangre; arteriosclerosis; prevención del infarto de miocardio y de la trombosis arterial.

Uso: las semillas de sésamo pueden tomarse crudas o ligeramente tostadas. Para ello, primero se ponen a remojo en agua, y después de dejarlas reposar durante unos 15 minutos, se pasan por un colador, procurando no verter el poso. De esta forma se eliminan las piedrecitas y la tierra que pudieran contener. A continuación se tuestan en un sartén, removiéndolas constantemente con una cucharada de madera para evitar que se quemen. Se guardan en un frasco de vidrio. Se toman 2 o 3 cucharaditas de las de café después del desayuno y después del almuerzo (comida del mediodía. Existen otras tres formas tradicionales de preparar el sésamo con las que también se aprovechan sus propiedades:

      Aceite de sésamo: puede usarse como cualquier otro aceite vegetal. Es muy estable al enranciamiento.
    
      Tahín: pasta muy sabrosa que se obtiene moliendo las semillas. Sustituye con ventaja a la mantequilla y la margarina.
    
      Gomasio: pasta formada por unas 15 partes de sésamo triturado y una de sal marina. Es además un excelente condimento.

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