Blogia
Akelarre

NO más violencia!

La mujer fragmentada

La mujer fragmentada
Según el sistema existen "buenas" y "malas" mujeres,
clasificación sobre la que se insiste a la hora de opinar, por ejemplo, sobre
prostitución. Claudia Hasanbegovic, integrante de Red No a la Trata,
desmitifica dicha dualidad y propone una reflexión acerca de las relaciones en
esta sociedad.
       
Por ANRed - Sur           
  "Reclamo mi integridad, mi indivisibilidad", dijo una mujer amiga mía. No soy
'buena' mujer, no soy 'mala' mujer, ¡soy MUJER!
  "Divide y triunfarás" dice el dicho, ¿será por ello que el género masculino se
empeña en clasificar y dividir a las mujeres en "buenas" y "malas"? ¿en "mujeres
para tener sexo" y "mujeres para tener familia"? ¿Cuántas somos conscientes de
estas divisiones? ¿A cuántas nos molestan? ¿Cuántas de nosotras somos cómplices? Y
ellos, ¿los hombres? ¿Qué piensan de todo esto?
  ¿Alguna vez probaron preguntar a cada hombre que conocen si ha frecuentado alguna
vez a una "puta"?
Hagan la prueba. Anímense. Se sorprenderán.
  ¡Qué ingenuidad la de esta amiga mía, creer que al menos los hombres más jóvenes,
y aquellos que luchan por los derechos de los más vulnerables, luchadores sociales
y progresistas, no pagaban por tener sexo! Según me contó, son estos mismos
hombres quienes tienen tan naturalizado su derecho a pagar por tener sexo que
cuentan con lujo de detalles cómo ejercen su derecho.
   "Que vamos en grupo de amigos, los sábados por la noche"
 "Si tenemos novia no vamos. Bah! mentira, vamos igual!"
 "Con ellas usamos profilácticos, son putas"
 "Con las buenas no usamos condones, porque es seguro, uno se da cuenta"
  ¿Cuál es el criterio para definir "buenas" de "malas" mujeres? Es, ¿estar en un
prostíbulo lo que las hace putas?, ¿venir del interior del país?, ¿por si fue
maltratada o abusada en su infancia? O tal vez, ¿es el color de la piel? ¿Cómo
categorizarían a la misma mujer como "buena"?
  ¿Por el lugar donde trabaja?, ¿por dónde vive?, ¿por su clase social?
Según esta amiga, cuando le dijo a sus amigos que tal vez estaban explotando a
mujeres "traficadas para explotación sexual", ellos reaccionaron violentamente.
"¿!Cómo puede ser?! ¡Eso no pasa aquí. Las putas son putas! No son víctimas. Son
mujeres malas. Y punto."
  Todo este diálogo me resultaba muy parecido a la época de la dictadura, y la forma
en que "la detención" transformaba a una persona en "subversivo" y, al ser
clasificado y estigmatizado como tal, cualquier atrocidad podía ser cometida sobre
ella o él, pues la estigmatización, la clasificación le extirpaba su esencia
humana.
  Si, ésto es lo que hace el patriarcado, y muchos de los hombres y mujeres que lo
continúan, hasta desconociendo que lo hacen, cuando clasifican a las mujeres en
"buenas" y en "malas", en "decentes" y en "putas".
  Somos TODAS la misma MUJER, el mismo SER HUMANO, tan humanas como los hombres que
pagan por sexo en un prostíbulo, y aquellos hombres que no lo hacen, como el
hombre que es pobre, y el que es rico, como el que es obrero o un ejecutivo. Somos
solamente eso, SERES HUMANOS.
  La semana pasada, en un tren rumbo a Adrogué, un pasajero de unos 35 años le
contaba a su amigo las hazañas de su sobrino de 16 años, que en 40 minutos tuvo
sexo con dos "putas", y aún quería más. Salió del prostíbulo "con el pene parado".
¡Cuánta energía!- gritaba el pasajero, pecho hinchado por el orgullo familiar y
masculino.
  Y este buen tío comentó a su gran auditorio -o sea, su amigo más todos los demás
pasajeros que viajábamos en el mismo vagón- que aconsejó a su sobrino ahorrarse el
dinero que le pagaba a las putas, y aprovechar a las vecinitas "que se le
regalaban", porque él es tan fachero y lindo. "Ay... si yo pudiera!", suspiró el
tío.
  Esta escena grotesca y grosera fue dicha a viva voz y con orgullo por el "tío"...
a juzgar por las expresiones faciales en el resto de los y las pasajeras, creo que
fui la única en sentirme molesta y aún más en reparar en el monólogo en cuestión.
  La prostitución y el derecho masculino a usar prostitutas y "mujeres regaladas"
para satisfacer su placer sexual, está NATURALIZADO en el tío del ejemplo, en el
sobrino, los pasajeros, la sociedad en general.
  Está tan naturalizado como el tener que escuchar ofertas de dinero para tener sexo
aquellas mujeres que somos clasificadas como "buenas mujeres". Hace dos sábados
éramos 3 mujeres repartiendo folletos de Derechos Humanos en la Plaza Dorrego a
las 10 de la noche de un sábado. Yo fui la única en sentirme agredida y molesta.
  Art. 81 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, establece que
ofrecer sexo en la vía pública es una contravención:
"Quien ofrece o demanda en forma ostensible servicios de carácter sexual en los
espacios públicos no autorizados o fuera de las condiciones en que fuera autorizada
la actividad, es sancionado/a con uno (1) a cinco (5) días de trabajo comunitario o
multa de doscientos pesos ($ 200)".
  Me pregunto si algún policía hubiera tomado mi denuncia contra ese señor y, más
aún, si algún juez hubiera sentenciado la multa o trabajo comunitario para el
mismo.
  Buenas... Malas... Mujeres...
  ¿Cuándo las malas mujeres se transforman en "buenas"?
  ¿Tal vez, cuando uno de sus clientes "las rescata y las hace sus esposas"?
  ¿Cuándo las buenas mujeres se transforman en "malas"?
  ¿Tal vez, cuando ellas quedan embarazadas porque el hombre impuso el no uso de
preservativo -porque ellas eran buenas-, y a pesar de la voluntad de su compañero
de que ella interrumpa el embarazo, ella quiere continuarlo ... o viceversa?
  O sea, solo el hombre -en este sistema perverso y autoritario que es el
patriarcado- tiene el derecho a DESEAR, DECIDIR y CLASIFICAR sobre su vida y la
vida de las mujeres: de las BUENAS y de las MALAS.
  En el patriarcado, no hay forma en que una mujer "gane", pues si son malas, no
pueden decidir con quién y cómo tener sexo; si son buenas, tampoco pueden decidir
cómo hacerlo; y si ellas insisten mucho, corren el riesgo de ser catalogadas de
"malas". Tampoco pueden decidir llevar adelante un embarazo o interrumpirlo. En el
patriarcado las mujeres son simples objetos, cuerpos que deben ser dóciles y al
servicio del poder patriarcal.
Tal vez por eso los hombres "pagan" por tener sexo, en mujeres que se dejan elegir
-pero no eligen-, obedecen -pero no exigen-, complacen -sin reclamar placer para
ellas-. La cosificación de las mujeres es una violación a los derechos humanos, pues
es la negación de su esencia humana y su dignidad.
  Para eliminar la trata de personas con el propósito de explotación sexual hay una
impresionante tarea por delante:
Reconstruir la identidad masculina y, para los hombres, abandonar los privilegios
del patriarcado.
  Mientras los hombres sigan sintiendo como un derecho inherente a su "naturaleza" y
esencial a su "identidad masculina" clasificar a las mujeres en "buenas" y
"malas", y pagar por tener sexo, seguirá existiendo el gran negocio de la trata de
personas para explotación sexual.
  Los hombres que consumen servicios sexuales son la DEMANDA. Y en la sociedad de
mercado, el cliente siempre tiene la última palabra.
  Claudia Hasanbegovic
Abogada, activista, e investigadora feminista.
Participante de la Red No a la Trata.


Violencia hacia a las mujeres y los medios de comunicación

Violencia hacia a las mujeres y los medios de comunicación MARÍA PILAR RODRÍGUEZ

Nadie duda ya del extraordinario poder de los medios de comunicación en nuestras sociedades. No sólo en la transmisión y elaboración de noticias, programas y creaciones artísticas de muy diversa índole, sino también, y de modo más significativo, en la configuración de las posiciones éticas e ideológicas de las audiencias. En sentido amplio incluyen, además de la prensa, la radio y la televisión, otros canales de difusión tales como la publicidad, el cine, los videojuegos, los cómics, los vídeos de promoción musical o Internet. La reflexión que se propone hoy desde estas páginas se centra en la responsabilidad de los medios de comunicación en la conformación de la subjetividad de hombres y mujeres, especialmente en la niñez y en la juventud en lo referente a la noción de género entendida como el conjunto de creencias, actitudes, valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y a mujeres a través de un proceso histórico de construcción social que va más allá de la mera diferenciación sexual.

Este proceso ha supuesto una desigualdad jerárquica de rasgos y actividades en niveles tales como la educación, el mercado laboral, la legislación o las relaciones interpersonales y afectivas, y todo ello ha adquirido un reflejo mediático que aún hoy persiste en ofrecer un retrato de las mujeres caracterizado frecuentemente por la indefensión, la inferioridad física e intelectual y una emotividad excesiva y desprovista de patrones eficaces para la resolución de conflictos. Es precisamente en la situación de desigualdad resultante de las relaciones desequilibradas de poder entre hombres y mujeres donde subyace la causa real de la violencia que cada año desemboca en el panorama terrible y desolador del alto número de muertes y lesiones físicas y psíquicas acaecidas.

El equipo de investigación de la Universidad de Deusto que dirijo (Género y medios de comunicación) -integrado por las profesoras Larraitz Ariznabarreta, María Jesús Korkostegi, María Jesús Pando y Begoña Sanz- ha publicado recientemente el libro titulado ’Tratamiento de la violencia de género en la prensa vasca’. Los resultados están fundamentados en una muestra de 1.337 textos periodísticos y en una encuesta realizada a 406 personas. En los resultados obtenidos se aprecia que el 69,97% de las personas encuestadas tiene como fuente exclusiva de información sobre la violencia de género a los medios de comunicación, lo que constituye un argumento definitivo en lo tocante a la responsabilidad de quienes informan tanto en el contenido como en la aproximación formal, estilística y visual de la transmisión. Las conclusiones de análisis detallado de los titulares, reportajes, entrevistas y artículos de opinión son demasiado extensas como para siquiera apuntarlas aquí ahora, pero baste constatar que la prensa vasca se muestra cada vez más consciente de la necesidad de realizar un correcto tratamiento informativo y que su carácter marcadamente progresista contribuye decididamente y con valentía a la sensibilización social y a la reflexión personal.

La televisión, por su parte, ofrece en demasiados programas una sucesión constante de imágenes y expresiones que alimentan precisamente ese patrón deformado de las mujeres como seres débiles, des- protegidos y sufrientes, o bien como alimañas ambiciosas y desalmadas. Es particularmente alarmante el trato que algunos programas llamados ’del corazón’ han otorgado al problema muy real de la violencia de género, al tratarlo en cada caso aislado de modo trivial en función del sensacionalismo y del espectáculo, desligándolo sin excepción del contexto de desigualdad de poder. Otros espacios, por el contrario, buscan un mejor tratamiento global que vaya más allá del enfoque correcto en una noticia determinada, pero el camino es largo, y quienes están a cargo de los diversos procesos de elaboración informativa deben asumir una responsabilidad ética que les impida prestarse a la propagación de estereotipos inadecuados.

Kofi Annan, con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, lanzaba el siguiente mensaje el 25 de noviembre de 2000: «Recordemos hoy que la acción para eliminar la violencia contra las mujeres es responsabilidad de todos nosotros: la familia de las Naciones Unidas, los Estados afiliados, la sociedad civil, y cada hombre y mujer».

Ésta es la exhortación que urge rescatar hoy: no puede haber bases para la tolerancia hacia la discriminación de las mujeres ni debe tolerarse excusa alguna hacia cualquier forma de violencia ejercida contra las mujeres. Hemos de estar alerta en nuestra función como madres y padres, en las interacciones familiares, en la educación impartida en escuelas y universidades, en las disposiciones laborales y en los lazos desarrollados en nuestras relaciones afectivas para evitar el riesgo de propagar, siquiera levemente, cualquier noción que contribuya a denigrar la representación de las mujeres. Muy al contrario, importa ahora más que nunca lograr que este reflejo se aproxime a lo que la realidad ya va logrando, es decir, la plena integración de las mujeres en el mercado laboral acompañada casi siempre de difíciles y costosas negociaciones cotidianas para equilibrar los compromisos familiares. Si en nuestra experiencia diaria evitamos la proyección de modelos de mujer que lesionan su dignidad, más aun, si los rechazamos abiertamente y no permitimos su propagación, habremos dado un gran paso en ese esfuerzo colectivo en contra de la violencia de género.

Liga de la imagen: http://www.senadorcorral.org/IMG/jpg/mujeres.jpg

La violencia contra las mujeres del cancionero popular

La violencia contra las mujeres del cancionero popular

<>¿Aprendiste a volar? ¡pues te vas a volar! *

-- Se transmite la falsa idea de un supuesto “poder” del hombre sobre las mujeres
-- Hacen apología de la violencia sexual y de género

Araceli Zúñiga
¿Recuerdas esta escena de película del cine nacional? Jorge Negrete (¡nuestro charro cantor!) avanza seguro atuzándose el bigote y arriscándose el sombrero. Ella se muestra un poco asustada pero también halagada. ¡Como no! si es Jorge Negrete, ¡tan viril y cantándole con esa bella voz! (1)

¡ Me he de comer esa tuna / me he de comer esa tuna,
Me he de comer esa tuna / aunque me espine la mano !

¿Te parece bonita y hasta romántica esta canción y te hace suspirar esa escena? ¡ Pues pongámonos abusadas porque es una imagen velada de una violación. Y no es la única, se repite mucho en nuestro cancionero popular y en nuestra cotidiana realidad.

“El mundo es como un jardín / Las mujeres son las flores
Yo soy como el jardinero / que corta de las mejores...”

¿Recuerdas películas, programas de televisión o malos anuncios publicitarios donde el hombre está demostrando que puede “arrebatar” un beso, una caricia o cualquier contacto sexual contra la voluntad de la mujer, ya sea en su casa, en la calle o aun en los propios centros de trabajo?

Cuando se necesita, se necesita. Cuando no ¿para qué?
Cuando te diga: ven acá, no me salgas con que no”. (Canción otomí)
“San Judas Tadeo, San Simón Cirineo, Santo Tomás, Caba, Luzbel, que estos vencedores sean los que la traigan a empujones y arrastrones hasta no verla rendida a mis pies” (Conjuro popular)

Canciones, escenas o dichos como estos transmiten la falsa idea de un supuesto “poder” del hombre sobre las mujeres y que este poder de “tomarnos” hace al hombre “más hombre”.

“Soy como el gavilancillo que anda por ai revolteando
la polla que no me como, la dejo cacaraqueando” (Copla tradicional)

“Cada vez que te miro / se me endereza... / la pupila del ojo / por tu belleza...” (La Bamba, canción popular que bailamos con tanta alegría ¿verdad?)

Estas escenas cotidianas de imponer a la mujer un contacto o una relación sexual no deseada, aun dentro del matrimonio, durante el noviazgo, en una mera amistad o, desafortunadamente, en el trabajo, inicia con piropos, canciones o caricias disfrazadas de “galanterías” que se repiten y se repiten y nos “llegan” tanto que parecen normales y hasta “enternecedoras”. Las confundimos con amor, romance, ternura y pasión.

“Usted es la culpable / de todas mis angustias / y todos mis quebrantooooos”

¿Conque estas imágenes y situaciones nos parecen normales, enternecedoras y hasta románticas? Pues no lo son. Reflejan una relación de poder de una persona sobre otra. Muestran claramente un abuso y tienen nombre: hostigamiento sexual y violencia de género.

“Todas las mujeres tienen / en el pecho una amapola
pero más abajo tienen / la funda de mi pistola.”

Todas estas canciones, aparentemente románticas, van desarrollando el “permiso social” para agredirnos. Si no tomamos conciencia de lo que realmente están diciendo, vamos aceptando la agresión, la violencia que fácilmente puede llegar a niveles muy graves. Incluso a la muerte.

“Yo te vengo a pedir, virgencita de Tlapa, que me vuelva a querer, su corazón,
Y si no me la traes, vale más que se muera, pues si su alma no es mía, que sea de Dios”
Que a veces ni siquiera se disimulada con la petición a alguna virgencita.

“Cuchito, Cuchito, mató a su mujer / con un cuchillito del tamaño de él / le sacó las tripas y las fue a vender: ¡Mercaran tripitas de mala mujer” (Versión para arrullo)

En el caso de las trabajadoras este aspecto se vuelve especialmente importante porque el hostigamiento y la agresión inician la mayoría de las veces por este tipo de frases de canciones que solemos vivir como “bonitas” o “cómicas”.

“La que quiera azul celeste...que se acueste” (¡Ay, mi cocodrilo Efraín Huerta!.. ¿Tú también?)

El hostigamiento sexual y la agresión de género representan una conducta con implicaciones sexuales no solicitadas, menos deseadas, sean verbales o físicas. Puede ocurrir en cualquier lugar y provenir de un superior o inferior jerárquico, de un compañero de trabajo, del delegado sindical, de un cliente.

“Florecita, florecita, floreciendo estoy.
Córteme, córteme el que quiera. Venga, venga y córteme” (Canción otomí)
Entonces estos objetos sexuales –nosotras- podemos ser usadas y abusadas.

“Ay, mamá, me aprieta este señor...”

No sólo en el trabajo, sino también en el hogar, que las investigaciones han demostrado ser lugar muy peligroso para las mujeres y donde la violencia puede provenir del propio esposo, del padre, del hermano, del tío, del abuelo, del amigo, del hijo, del hijastro y hasta del nieto, si nos dejamos

“Yo le pego a mi mujer… ¡soy muy hombre!
Y después me echo a correr… ¡soy muy hombre!
¡Hay que ser conquistador, para triunfar en el amoooor!”

¡Por supuesto! es Pedro Infante, nuestro Torito. Con esos brazotes ¿quién podría resistirse(le)? ¿Qué mejor símbolo para legitimar y permitir esta violencia patriarcal en que vivimos?

“Como ni amor le tengo, ni cuidado le pongo”. Refrán popular.

¡Claro, hasta que seamos conscientes de ello y exijamos parar! Cultura musical de todos los días, en la cual se (mal)educa a los hombres (y a nosotras también) para mirar(nos) a nosotras, las mujeres, como objetos sexuales propiedad de alguien.

“Oh, chuparrosa divina, yo me acojo a ti como a tus poderosos fluidos para que me protejas y me des las facultades de tener cuanta mujer yo quiera, ya sea doncella, casada o viuda” (Conjuro popular)

De acuerdo con investigaciones recientes, sabemos que hay quienes piensan que la mujer desea ser hostigada por los hombres, y que éstos deben cumplir, entonces, con su papel. Pero en realidad, el hostigamiento sexual y la agresión de género representan una demostración de poder, con el cual se intimida o presiona provocando en la persona una angustia creciente.

“Ya no llores más, cállate, si no enloquecerás,
piensa en tener otro amante, si es posible, mas no que te mate” (Canción zapoteca)

Dulce, sabrosa mujer, preciosa flor de maíz tostado, sólo te prestas, serás abandonada, tendrás que irte, quedarás descarnada”. (Poema náhuatl, siglo XIV)

El hostigamiento sexual y la agresión de género no es un problema de edad, comportamiento o manera de vestir de las mujeres. Existen evidencias de niñas, ancianas y religiosas víctimas también de esta violencia sexual y el cancionero popular lo dice sin disimulo alguna.

“No la quiero por bonita, ni tampoco por mujer, sólo quiero una rosita acabada de nacer”.

¿Qué hacer? ¡Aprendamos a identificarlo para organizarnos contra él! Evalúa la situación y si hay otras víctimas de hostigamiento o agresión trata de actuar en grupo

“Mujeres juntas, sólo difuntas” (Refrán popular)

Coméntalo con una persona de tu absoluta confianza. Informa a tu sindicato, representante de la empresa o presenta la denuncia ante el ministerio público. Recurre a organizaciones de mujeres, como la Red de Mujeres Sindicalistas, la Comisión de Derechos Humanos o la Procuraduría de Trabajo de tu localidad para buscar apoyo y asesoría.¡Hazle frente al hostigador!

A pesar de su gravedad es un problema poco denunciado, aunque se encuentre tipificado como delito en el Código Penal del Distrito Federal desde 1991. Pero muy poco o nada podrán las leyes mientras la sociedad siga cantando y festejando estas agresiones y abusos.

¿Son sólo unas canciones? ¡NO!, las canciones son una potente forma de construir ideas. El hostigamiento sexual y la agresión de género -desde la canción hasta la realidad cotidiana- atentan contra nuestra dignidad ¡no debemos tolerarlas!


* Canción muy popular de Vicente Fernández
La autora es guionista, investigadora de temas de arte y realizadora de la columna “Semanas de género” Feminalia, del periódico Unión, del STUNAM

<>
Artículo publicado en la desaparecida sección de la Triple Jornada en La Jornada....es una pena!¡

Trabajo Doméstico

Trabajo Doméstico

Erika Cervantes*. Cierre los ojos e imagine por un día, nadie absolutamente nadie, tenderá las camas en su casa, nadie preparará el desayuno, la comida, ni la cena, no se asearan las áreas comunes como: la sala , el comedor, la cocina o el baño. Nadie sacudirá. ¿Ya lo visualizó? Pues bien, éste es el llamado trabajo invisible, una labor que cuando no se hace salta a la vista y de realizarse, pasa desapercibido.

Las asistentes al Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Lima, Perú, en el año de 1983 declaran al 22 de julio como el Día Internacional del Trabajo Doméstico. Esta fecha ha sido establecida para promover el reconocimiento de este ámbito del trabajo femenino que todavía se mantiene poco visible en tanto aporte económico, y cuyo cumplimiento redunda en dobles o triples jornadas de actividad para la mayoría de mujeres.

Se estima que las mujeres destinan un total de mil 700 millones de horas laborales al año en una labor incesante que no recibe retribución económica y tiene escasa valoración social: el trabajo doméstico.

Un informe previo a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer de la ONU, preparado por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) señala que si las mujeres fuesen remuneradas por el trabajo doméstico y la crianza de los infantes, sus salarios representarían la mitad de los ingresos nacionales.

El trabajo doméstico es el conjunto de actividades obligatorias y gratuitas que se realizan en todos los hogares como parte de las medidas para dignificar la calidad de vida, que incluyen cuestiones de higiene y salud (lavar, planchar, cocinar, cuidar, arreglar y servir).

Lissete González, integrante del Colectivo Atabal, A.C. señala que el trabajo doméstico “no es una simple suma de tareas caseras, es además el eje central para mantener un equilibrio efectivo y afectivo, entre necesidades y deseos de todos los integrantes de la familia.”

“Estas actividades asumidas por las mujeres desempeñan un papel esencial para el buen funcionamiento de las sociedades y las economías que la sustentan, las cuales requieren de aptitudes, experiencias y sentido de responsabilidad que no son reconocidas a pesar de su importancia”, explica.

Y abunda “El trabajo doméstico no es valorado principalmente por dos razones: La primera es por la creencia de que todo lo relacionado con el ámbito doméstico es por naturaleza femenino, y segundo, por la idea de que se trata de un trabajo improductivo al no ser remunerado, o al menos no de la forma adecuada”.

Por ello el colectivo Atabal propone que como parte de la celebración se democratice el trabajo al interior de los hogares de manera equitativa para todas y todos los integrantes de la familia.

Y de manera destacada, se promueva el respeto a los derechos laborales de las trabajadoras del hogar, creando instancias legales que regulen las condiciones de empleo y trabajo contra la situación de desventaja de la mujer en el mercado laboral.

* Coordinadora de Análisis y Selección Informativa de CIMAC cervantes.erika@correoweb.com

Liga a la imagen: http://newsimg.bbc.co.uk/media/images/41934000/jpg/_41934566_dome2.jpg

25 DE NOVIEMBRE: HOMENAJE A LAS HERMANAS MIRABAL

25 DE NOVIEMBRE: HOMENAJE A LAS HERMANAS MIRABAL DIA INTERNACIONAL POR LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

En el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, en Julio de 1981, surge la propuesta de hacer el 25 de noviembre un día de reflexión y denuncia contra las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres. En esa fecha, 1960, en la República Dominicana, las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, opositoras al dictador Rafael Leonidas, habían sido asesinadas por él. En el mencionado encuentro de Bogotá se hizo el compromiso de impulsar en los respectivos países la celebración de esa fecha.

Posteriormente, en la Conferencia Internacional de la Mujer organizada por Terre de Hommes (R.F.A) celebrada del 6 al 15 de Mayo de 1987 en Taunus, República Federal Alemana, se analizó la situación de las mujeres, verificándose la existencia de problemas que eran consecuencia de crisis económicas, políticas, o bien resultado de la militarización y de la explotación. Con los considerándos y exigencias planteadas, las participantes acordaron el 15 de mayo de 1987 declarar el 25 de Noviembre como .

LA DICTADURA DE TRUJILLO 1930-1961. EL ESCENARIO DE LAS HERMANAS MIRABAL

La dictadura del general Rafael Leonidas Trujillo se inicia con su ascenso al poder en 1930 en la República Dominicana, país caribeño que se extiende en la parte oriental de la Isla de Santo Domingo.

El país había sido ocupado por militares norteamericanos desde 1916 a 1924. Los soldados y oficiales dominicanos fueron entrenados por ellos, y Trujillo fue heredero de ese cuerpo de orden y no tardó en demostrar que sabia utilizar los métodos de control que se emplearon durante la ocupación.

En una campaña de terror político e intimidación a la población, “ganó” las elecciones presidenciales el 16 de Mayo de 1930. Utilizó al ejército para imponer su dominio sobre el resto de la población, por medio de la violencia, la tortura y el asesinato; además, creó la banda terrorista “La 42”, encargada de perseguir y asesinar a sus opositores e imponer miedo en el país. La primera víctima fue un matrimonio opositor al régimen, en que la esposa se encontraba embarazada, los Martínez Reina.

Trujillo además utilizó otros métodos para afianzarse en el poder, no solo los de persecución a los opositores, también machistas. tuvo injerencia en las familias para la obtención de favores sexuales de las mujeres jóvenes y consideradas hermosas, de manera tal, que si no accedían a los requerimientos se corría el riesgo de que incautar los bienes materiales y peor aun, declararlo enemigo y hacer la persecución que merecía como tal, motivo por el cual quebró principios y se impuso como el protector, ya que la “amante” o su familia podían llegar a ser propietarios de algún bien material, vivienda, empleo, etc. y a muchas de ellas las convertía en esposa de algún militar que tenia que aceptar la propuesta hecha por Trujillo de ser el esposo de la amante que abandonaba.

Otro método que empleo fue el compadrazgo, al final de la década de los 50 y principios de los 60, se ofreció como padrino de todos aquellos niños y jóvenes que quisieran ser apadrinados por el Jefe, recibían un sobre conteniendo unos cuantos pesos de regalo, en un principio fue con billetes de alto valor y luego fue bajando en la medida que los ahijados hacían lista de espera de varios meses. El padrino no participaba en la ceremonia, algún militar de palacio le representaba. El motivo de este deseo de tener miles de compadres era una forma de ganar respeto y protección por el vinculo del Sacramento del Bautismo. Esto acontece cuando empiezan los movimientos de critica y rechazo a la dictadura. Esta fue una forma de combatir buscando un acercamiento para persuadir, “los compadres no pueden complotar contra el padrino del hijo/a “

LUCHA ABIERTA CONTRA LA DICTADURA

El 14 de Junio de 1959 un grupo de dominicanos en el exilio, con apoyo del gobierno cubano, ingresaron a su patria con la intención de derrocar al régimen de Trujillo. Fracasaron en su intento, pero permitieron que los opositores, jóvenes intelectuales, se organizaran, dándole a su agrupación el nombre de 14 de Junio, en homenaje a los que cayeron en esa fecha. A la agrupación se le conoció como “14J”.

La organización del “14J” tenía una característica de ser un movimiento de conformado con jóvenes intelectuales con el ideal de tener una patria libre del dictador Trujillo, no está en la corriente de una organización con militancia partidaria y una conducción política con análisis y proyección política.

En 1960 se descubrió la conspiración contra el tirano y las cárceles se llenaron de centenares de presos políticos, opositores pertenecientes a todas las clases sociales. Muchos fueron asesinados, entre ellos las hermanas Mirabal. El rechazo al dictador aumentó, y esta vez conspiraron sus colaboradores cercanos y antiguos amigos, respaldados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Trujillo finalmente fue asesinado el 30 de Mayo de 1961.

SENTIMIENTO PATRIÓTICO

El sentimiento patriótico de las hermanas Mirabal desarrollado a lo largo de la crianza que recibieron, por la gran sensibilidad social y humanismo propio de la fe cristiana que profesaban. El pertenecer a familias acomodadas de la región, no limito su compromiso, aun poniendo en riesgo no solamente sus vidas, la de sus familiares sino también pérdida de los bienes materiales La única manera de hacer de ese sentimiento patriótico transformado en pelea contra la tiranía, las llevo a participar en el movimiento “14J”, desde el cual apoyan con actividades de mucho riesgo, recibiendo y guardando armas para la lucha que se proyectaba contra el régimen dictatorial.

Las Mirabal militaron en una célula del “Movimiento 14 de Junio”, en la que se identificaban como Mariposa 1 (Minerva), Mariposa 2 (María Teresa), Mariposa 3 (Patria). Al develarse el complot del movimiento, en enero de 1960, centenares de militantes fueron encarcelados. Minerva y María Teresa con sus esposos así como el esposo e hijo mayor de Patria fueron condenados a cinco años de prisión, sufriendo las mayores vejaciones y torturas.

Ante la denuncia por parte de los opositores que vivían en el exilio, la Comisión de Paz de la OEA hizo una visita a Santo Domingo y constató la situación de los presos políticos, lo cual obligó a Trujillo a “ablandar la situación”.

En agosto de ese mismo año, Minerva y María Teresa pasaron a arresto domiciliario. Ellas tenían permiso para salir dos veces a la semana: el domingo a misa y un día a ver a los esposos.

En el mes de Noviembre, los esposos fueron trasladados a la cárcel de Puerto Plata, quedando más cerca de sus esposas. En esas circunstancias, se “planeó” matar a las tres hermanas, en una solitaria carretera, cuando regresaban de visitar la cárcel, el día 25 de noviembre de 1960.

Así las Mariposas, mujeres llenas de patriotismo y en plena juventud, pues no alcanzan los 40 años de edad , se inmolan en un acto que conmueve las entrañas del pueblo , dando con ello el inicio a la caída del régimen dictatorial.

Lima, Noviembre de 2001.

Dra. ANA MARIÑEZ ALVAREZ


REFERENCIAS:

Julia Alvarez 1995 El tiempo de las Mariposas (Novela) Santo Domingo: Taller
Franklin Moya Pons 1995 Manual de Historia Dominicana Santo Domingo:
Caribbean Publishers
“¿Por qué el 25 de Noviembre?” (Recortes fempress). Colección de CENDOC -MUJER
“Resolución final de la Conferencia Internacional de la Mujer” Colección CENDOC-MUJER.
http://www.nodo50.org/mujeresred/violencia-25-hermanas_miraval.html


Mujeres Maltratadas

Mujeres Maltratadas
Algunos especialistas prefieren referirse al síndrome de la mujer maltratada. Si bien hay un importante número de hombres golpeados, la gran mayoría de los casos se trata de personas de género femenino. Desde el punto de vista estadístico ocurre en todas las edades pero se destaca en primer lugar entre los 30 y 39 años, luego entre 20 y 29 años y más tarde entre 40 y 49 años, le sigue entre 15 y 19 años, para finalizar con las mayores de 50 años. Las mujeres casadas constituyen un 66% del total, el resto lo componen novias, ex parejas, conocidas, amantes, amigas, etc.

La mayor vulnerabilidad femenina no solo se debe a causas físicas, también incide las mujeres suelen concentrar en la mayoría de los casos, la mayor carga y responsabilidad en la crianza de los hijos, además por diferentes cuestiones culturales condensan las tareas hogareñas y mantienen una mayor dependencia tanto económica como culturalmente de los hombres. Una mujer que abandona su vivienda se encuentra en mayor riesgo que un varón, pero debe tenerse en cuenta que las mujeres que dejan a sus abusadores tienen un 75% más de riesgo de ser asesinadas por el abusador que aquellas que se quedan conviviendo.

El 25 de noviembre es la fecha instituida como el día internacional contra la violencia hacia la mujer, en homenaje a que en el año 1960 tres hermanas dominicanas fueran violadas y asesinadas.

¿Por qué estas situaciones continuan?

En cuanto al punto de los motivos por lo que una relación continúa pueden pensarse dos corrientes básicas.

La postura tradicional, que plantea que al vivir atemorizadas por represalias, los golpes, por la posible quita del sustento económico, las órdenes irracionales y los permanentes castigos, manifiestan un estado general de confusión y desorganización, llegando a sentirse ellas mismas culpables por la situación, y desconociendo así la educación patrialcal y machista que involucra a la mayor parte de las sociedades.

Otra postura se plantea del mismo modo la condena a la educación típica donde las mujeres aparecen con un lugar desventajoso, pero se detiene también en los modos estructurales de relacionarse, los montajes de relaciones. No hay que confundir esta idea con un razonamiento contrario que diría que si una persona sostiene una relación se debería a que esta sería placentera. Es evidente que una mujer golpeada no siente placer alguno, pero si entran en juego componentes subjetivos tales que en la práctica validan relaciones no placenteras.

Algunos sitios donde recurrir en la red:

El consejo nacional de la mujer (Argentina): http://www.cnm.gov.ar/recursos/rec04_03.htm

Violencia hacia los niños

En el caso de los niños como en otros casos de violencia, también se da una relación de vulnerabilidad. Claramente los menores muestran inferiores recursos para defenderse de lo que lo haría un adulto. En este sentido el riesgo sería mayor porque se trata de un sujeto en constitución. Además se debe considerar el daño emocional y los efectos a corto y a largo plazo que provocan los maltratos.

En ocasiones se trata de golpeadores que fueron maltratados en la propia infancia (56.7% del total de casos), al intervenir patrones de repetición de los modelos de crianza parentales en los diferentes tipos de castigo administrado a sus hijos, pero no ocurre de este modo necesariamente. Para esto habría que pensar las maneras de relacionarse subjetiva de las personas involucradas frente a la fantasía típica infantil de que un niño es pegado por un adulto, y las múltiples maneras de desarrollo posterior.

También cabe considerar que muchos padres perciben como justos los castigos implementados, o perciben la desproporción del castigo ofrecido con la supuesta falta cometida pero se justifica de alguna manera (por la pobreza, por los nervios, etc.). Es considerable que los mismos adultos golpeadores suelen manifestar y percibir que han golpeado a sus hijos en muchas menos ocasiones de lo que realmente lo hacen. Si bién algunos de los adultos golpeadores suelen manifestar algún afecto posterior como arrepentimiento o lástima, en muchos casos se trata de padres que están a favor del castigo como medida disciplinaria y educativa. El castigo recibido por los adultos en la infancia suele guardar relación con el tipo de castigos físicos que se emplean para “corregir” a los hijos. Por lo general uno de los niños a cargo es más castigado

Otros sitios en la red:

Revista de psicología y salud: http://bugs.invest.uv.mx/~cancer/revista/rev0705.htm

La feminización de la pobreza

La feminización de la pobreza

ROSA COBO Y LUISA POSADA

EL PAÍS - Opinión -

Hablar de feminización de la pobreza es hablar de una realidad que viene de lejos: el feminismo lleva tiempo utilizando esta expresión para connotar el creciente empobrecimiento material de las mujeres, el empeoramiento de sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos fundamentales. Cuando la impresión generalizada es la de que las vidas de las mujeres están mejorando en todo el mundo, las cifras desmienten este tópico. Es un hecho verificable, por ejemplo, que en las familias del Primer y del Tercer Mundo, el reparto de la renta no sigue pautas de igualdad, sino que sus miembros acceden a un orden jerárquico de reparto presidido por criterios de género.

También es un hecho palpable el que uno de los efectos más rotundos de los programas de ajuste estructural inherentes a las políticas neoliberales es el crecimiento del trabajo gratuito de las mujeres en el hogar, resultado de los recortes de los programas sociales por parte de los gobiernos: aquellas funciones de las que el Estado abdica -salud o nutrición o educación, entre otras- vuelven a recaer en la familia. La Ley de Dependencia, de reciente creación en España, tiene como objetivo precisamente reducir algunas cargas de las cuidadoras y cuidadores de las personas dependientes en las familias, ya que el trabajo no remunerado que realizan las mujeres en el hogar les impide acceder a trabajos que requieran dedicación exclusiva.

Hasta la fecha no se han encontrado otras políticas que debiliten tanto la explotación económica y la subordinación social que las medidas de acción positiva. Por eso, cuando de lo que se trata es de que el Estado abandone su papel redistribuidor de recursos sociales y lo deje en manos del mercado, criticar las políticas públicas con el argumento de que tutelan a quienes van dirigidas es cuanto menos un sarcasmo.

Si bien es cierto que está creciendo el segmento de mujeres que se insertan en el mercado de trabajo global, también lo es que este proceso se está realizando bajo condiciones laborales inimaginables hace sólo 30 años. Las mujeres reúnen las condiciones que pide el nuevo mercado laboral global: personas flexibles, con gran capacidad de adaptación, a las que se pueda despedir fácilmente, dispuestas a trabajar en horarios irregulares o parciales, a domicilio, etcétera. Saskia Sassen no sólo sostiene que se está feminizando la pobreza, sino que se está feminizando la supervivencia. En efecto, la producción alimenticia de subsistencia, el trabajo informal, la emigración o la prostitución son actividades económicas que han adquirido una importancia mucho mayor como opciones de supervivencia para las mujeres. Lo cierto es que las mujeres entran en las estrategias de desarrollo básicamente a través de la industria del sexo, del espectáculo y de las remesas de dinero que envían a sus países de origen. Y que éstas son las herramientas de los gobiernos para amortiguar el desempleo y la deuda externa.

La globalización, en su versión neoliberal, es un proceso que está ahondando cada vez más la brecha que separa a los pobres de los ricos. Sin embargo, no se puede desconocer que las grandes perdedoras de esta nueva política económica son las mujeres. En efecto, patriarcado y capitalismo se configuran como las dos macrorrealidades sociales que socavan los derechos de las mujeres, al propiciar la redistribución de los recursos asimétricamente, es decir, en interés de los varones.

Por eso no es de extrañar, ni tampoco es una casualidad, que uno de los lenguajes que habla el feminismo en la bisagra de los siglos XX y XXI sea el de las políticas públicas de igualdad, orientadas a reducir las desigualdades económicas y a debilitar las jerarquías. Las políticas públicas tienen una función redistribuidora en sociedades estratificadas y se manifiestan a través de acciones positivas. Este tipo de políticas sociales han vertebrado los Estados de bienestar europeos, aplicándose a diversos colectivos sociales y muy especialmente a la clase obrera: la educación, la salud y el sistema de pensiones, junto a otras políticas sociales, han sido la manifestación más explícita de una redistribución más justa de los recursos y del reconocimiento de nuevos derechos sociales para grandes sectores de la ciudadanía. Hasta la fecha no se han encontrado otras políticas que debiliten tanto la explotación económica y la subordinación social que las medidas de acción positiva. Por eso, cuando de lo que se trata es de que el Estado abandone su papel redistribuidor de recursos sociales y lo deje en manos del mercado, criticar las políticas públicas con el argumento de que tutelan a quienes van dirigidas es cuanto menos un sarcasmo.

En España hay ocho millones de pobres, de los cuales la mayoría son mujeres. Y la tendencia a la feminización de la pobreza es contrastable en los países del norte y en los de sur. Ese viejo sueño de deshacernos de la pobreza se ha convertido en una quimera. Frente a la pertinaz pobreza de las mujeres y frente a una inmigración femenina situada mayoritariamente en la prostitución, en el servicio doméstico y en otras tareas mal pagadas y definidas como nuevas clases de servidumbre, el feminismo no puede negar la necesidad de que se amplíen las políticas sociales. Lo contrario sería negar su dimensión vindicativa y emancipatoria.

Rosa Cobo es profesora de Sociología de la Universidad de A Coruña, y Luisa Posada, profesora de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

 Fuente: http://www.redfeminista.org/noticia.asp?id=4162